La Gnosis es universal; ni el espacio ni el tiempo pueden limitarla; ella se encuentra en el lenguaje de la sabiduría de todos los tiempos, de todos los pueblos y razas.
Así, aproximadamente hace unos dos mil años, el sabio chino LAO TSE escribió su inmortal obra, el TAO TE KING. Tan compacta, tan profunda, que a pesar de lo reducido de su extensión, contiene todo lo que el buscador de la verdad precisa para poder encontrarla.
Los autores de LA GNOSIS CHINA, en sus comentarios, dicen entre otras cosas: “Todo alumno en el camino debe leer y releer el TAO TE KING y deletrear, por así decirlo cada una de sus palabras. ¿Por qué? Porque el Otro, a quien está destinado el Tao, yace prisionero en su interior. Y usted puede liberarlo, si permite que se despierte en usted, por medio de la auto-ofrenda, el wu-wei. Por eso dice Pablo: “No yo, sino Cristo en mí”.
Quien sabe leer este libro, descubre que “Tao es inagotable en su radiación y actividad”.